sábado, 21 de noviembre de 2015

Más allá de las listas de reputación IP: el nuevo reto del Administrador de Red

Una de las ventajas que nos ha traido Internet ha sido la posibilidad de estar en permanente contacto casi con cualquier sitio del mundo en cualquier momento.
Esto, que sin duda es una ventaja, se ha convertido sin embargo en un elemento con el que podemos ser atacados, nuestros datos pueden hacerse de repente visibles para todo el mundo y nuestro patrimonio totalmente vulnerable.
Para frenar esta posibilidad desde hace cierto tiempo se estçan publicando lo que se llaman las "Listas de Reputación de IP", es decir, aquellas listas de direcciones que de una manera o de otra resultan fiables.
RedIris lleva publicando lo que llama "La Lista Blanca de RedIris", es decir, todas aquellas direcciones de IP almacenadas en una base de datos que contiene millones de direcciones y en las que las entidades asociadas pueden decidir que hacer con estas listas, si bloquearlas o permitir su acceso.
Estas listas, de las que hay millones y sus servicios asociados permiten filtrar tráfico que no sea de interés para la organización y además valorar un sitio determinado.
¿Cuál es el problema? Que muchas veces no es posible filtrar el origen del tráfico no deseado porque es una compañía con la que estamos en contacto o tenemos un negocio en marcha.
El proceso de verificación de un determinado sitio Web lleva consigo un proceso que no es instantáneo con una problemática de reconocer otros sitios asociados que estén generando correo o accesos no deseados desde otros puntos.
Este es el nuevo reto de los adminsitradores de Red, asegurarse que a la organización entra solo el tráfico deseado y a la vez no se bloquea una relación empresarial que puede traer un buen negocio. ¿Dificil, verdad? 

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