El pasado 30 de Septiembre, se completó la consulta pública sobre la Estrategia Digital para Una España Inteligente, que dedica un apartado (el apartado 4) a la Infraestructura Tecnológica. El objetivo último es dotar a la sociedad española de la mayor cantidad de servicios digitales posibles. Ahora bien, llama la atención que la base de esta sociedad digital está siendo la posibilidad de dotar a empresas y particulares de comunicaciones de banda ancha ultra rápida, para lo que están previstas unas ayudas a la inversión de 100 millones de Euros, incremento del 58% respecto al pasado año. Efectivamente, sin unas comunicaciones de calidad, no parece posible la construcción de servicios digitales sostenibles. Sin embargo, llama la atención que estas inversiones en telecomunicaciones no lleven aparejadas la necesidad de renovar las infraestructuras tecnológicas, empezando por el Centro de Datos.
La solidez de estas áreas de la organización son clave para el funcionamiento de servicios críticos, como hemos visto estos días. En el caso además europeo, hay una serie de normativa entrelazada como son la obligatoriedad de seguimiento de la norma europea para campos como los Centros Receptores de Alarmas, las recomendaciones del estándar EN 50600 en el ámbito de cableado y eficiencia energética entre otros.
Según todo esto, no puede existir una estrategia digital verdadera sin prestar atención durante un momento a como nos funciona el corazón, es decir el CPD...
La solidez de estas áreas de la organización son clave para el funcionamiento de servicios críticos, como hemos visto estos días. En el caso además europeo, hay una serie de normativa entrelazada como son la obligatoriedad de seguimiento de la norma europea para campos como los Centros Receptores de Alarmas, las recomendaciones del estándar EN 50600 en el ámbito de cableado y eficiencia energética entre otros.
Según todo esto, no puede existir una estrategia digital verdadera sin prestar atención durante un momento a como nos funciona el corazón, es decir el CPD...