En cualquier situación y circunstancia siempre damos con gente que ante la palabra CRISIS contesta, "CRISIS, ¿QUE CRISIS?...Yo estoy más activo que nunca..."; a mi siempre me ha llamado la atención las personas que en situaciones dificiles sacan pecho y consiguen no solo mejoras personales si no contribuciones extraordinarias a su propio grupo.
En estos tiempos, en los que una de las salidas más evidentes al desempleo está siendo la autocontratación, vale poner de ejemplo las características que han diferenciadoa un trabajador extraordinario respecto a un buen trabajador con buenas revisiones anuales, e incluso con buenas compensaciones económicas.
Como estamos en un mundo en el que hay expertos para todo y uno de los objetivos del blog es difundir noticias interesantes y útiles para la Comunidad, os remito al artículo publicado en INC. por el "guru" Jeff Hadden. Yo me he tomado la libertad de adaptarlo a nuestro entorno y ofreceros datos adicionales que os ayuden en vuestra tarea diaria.
¿Que diferencia hay entre un trabajador excelente, como el que está despertando de nuevo el entorno en el que vivimos, y el buen y cumplidor trabajador? He aquí algunas de las pistas ofrecidas:
- No se pregunta nunca, ¿es este mi trabajo? El buen trabajador es capaz de desempeñar su tarea con prontitud hasta que llega un punto en que identifica la responsabilidad de otro, al que traspasa el oficio diciendo vehementemente que otro es responsable de los pasos siguientes. El trabajador excelente hace eso mismo pero además ayuda al responsable de la otra parte bien facilitándole información, bien recursos y desde luego su disponibilidad hasta que se resuelve el problema. Cuanto más pequeña es la empresa más crítica es esta actitud y más redunda en la cuenta de beneficios.
- Fuera el gris...si de verdad abordamos un proyecto propio es para hacer las cosas distintas de los demás, de la misma forma que los antiguo artesanos "firmaban" sus piedras con un signo que los distinguiera...Esta actitud de irreverencia y buen humor es capaz de convertir un equipo profesional de trabajo en un excelente valor para la compañía, clientes o proveedores. ¿De que nos acordamos más facilmente, del gris o del rojo?? Vistámonos pues de rojo...
- Hasta que es una necesidad del equipo, las personalidades excéntricas son divertidas hasta que es necesario que se involucren y formen parte del equipo. Entonces el gris, en los trabajadores excelentes, se convierte en la herramienta o el arma necesaria para sacar adelante, junto con el equipo, el proyecto en peligro o rescatar el presupuesto inexistente.
- Alabanzas en público y quejas en privado, ya se ha escrito mucho sobre el efecto que una actitud negativa tiene tanto en el cliente como en la moral del equipo...Ahora bien, ¿por qué es tan dificil escuchar una valoración positiva de un trabajo o de un servicio? Esto se ha demostrado que puede subir los resultados al reconocer públicamente un hecho positivo. Pero ¿que pasa con todos estos aspectos que fallan? Hay que reconocerlos rápidamente, disculparse o intentar hacer entender que hay un problema, pero esto siempre sin público que coree con "¡¡Ahhs!!" y "¡¡Ohhhhs" lo sucedido.
- El excelente trabajador o el arte de la pregunta, pregunta sobre su cometido, sobre su servicio, sobre la calidad y sobre todos aquellos aspectos, incluso los espinosos o los ignorados por los demás pero que pueden tener un efecto en el resultado final.
- Al final del día el responsable soy yo, asumir la propia responsabilidad no solo es un acto de valentía si no que tiene inmediatamente el efecto de un subidón de adrenalina comparable solo al estreno de unos nuevos zapatos o a una cena agradable y en buena compañía. Al fin y al cabo, lo que nos diferencia del león que sale a cazar es que el ser humano tiene una razón detrás de todo lo que hace y este convencimiento es lo que le hace realmente persona.